domingo, 21 de marzo de 2010

OBESIDAD

LA OBESIDAD: Un problema de salud, no de estética.


En el siglo XX, tener peso alto era sinónimo de poseer un buen estado de salud. Muchas mamás se sentían orgullosas de presumir a sus hijos en estas condiciones, con las mejillas sonrosadas y dificultad para correr, considerándolos simpáticos y graciosos.
Y es que los graves problemas de desnutrición que afectaban a nuestras clases sociales más desprotegidas en los siglos XIX y XX, y aún presentes en la actualidad, condicionaban el estereotipo de que ser gordo era sinónimo de estar bien alimentado.
Ahora, se sabe que ser obeso no solamente es un factor de riesgo para padecer enfermedades, sino que la obesidad en sí es una enfermedad.
Se define obesidad como la acumulación exagerada de grasa en el cuerpo, con una desproporción de la relación entre peso y talla e incremento de la masa corporal.
Pero, ¿qué ha condicionado la aparición y la persistencia (incidencia y prevalencia) cada vez más temprana de la obesidad?
Existe una predisposición genética en la obesidad, sin embargo los hábitos alimenticios, el sedentarismo, la situación cultural y las costumbres favorecen la aparición temprana de este problema y la persistencia del mismo. Los entornos cultural y familiar juegan un papel importante en la aparición precoz y persistencia de esta enfermedad.
El estudio, realizado por Nicholas Christakis de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, y James Fowler, de la Universidad de California en San Diego, sugiere que la obesidad es "socialmente contagiosa", extendiéndose de persona a persona en una red social. Según los investigadores, si alguien a quien usted considera amigo se vuelve obeso, las probabilidades para usted de
padecer obesidad subirán a un 57 por ciento. Entre amigos mutuos, el efecto es aún más fuerte, con las probabilidades aumentadas en un 171 por ciento.
Las complicaciones que por sí misma puede ocasionar la obesidad son múltiples: Diabetes Mellitus, Hipertensión Arterial, Dislipidemias, Alteraciones Vasculares, Dérmicas, Respiratorias; Trastornos de la Menstruación, Articulaciones Dolorosas (cadera, rodilla, tobillos) por sobrecarga, Disfunción Eréctil, Trastornos del Sueño, Gastritis, por mencionar algunas.
En la actualidad, podemos ver publicidad de productos mágicos que prometen la disminución de peso en unos cuantos días. La gran mayoría de estos productos son mercadotecnia y sus resultados muy discutibles. De igual forma, se han puesto en boga los lugares para control de peso y obesidad, en donde los pacientes se someten a tratamientos los cuales logran una reducción de hasta 10 kilogramos en un mes. La mayoría de estos tratamientos consisten en algunos cambios alimenticios y el otorgamiento de medicamentos que actúan a nivel del sistema nervioso u hormonas que aceleran el metabolismo (la gran mayoría de origen tiroideo) pero que al dejar de usarse provocan un rebote, quedando el paciente con más peso y causando con esto frustración.
No existe la medicina, la crema o el aparato mágico que te vuelva esbelto de la noche a la mañana. Lo importante es llevar un estilo de vida saludable, realizar ejercicio de forma rutinaria, comer a tus horas, comer alimentos nutritivos, bajos en calorías y grasas de origen animal, pero sobre todo, evitar los alimentos chatarra que tanto daño hacen a la salud.
Motívate y haz ejercicio, invita a tu familia, juntos hagan ejercicio, fortalezcan sus lazos de una forma sana que beneficie a todos.
La obesidad no es un problema de estética, es un problema de salud y muchas veces, la solución la tienes tu mismo.

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