viernes, 2 de julio de 2010

Disfuncion sexual


DISFUNCIÓN SEXUAL: ¿ES SOLO UN PROBLEMA FISICO?

Al hablar de sexualidad, siempre nos imaginamos en algo prohibitivo que está relacionado con el ser humano en la etapa de vida llamada reproductiva, que comprenden desde la adolescencia hasta antes de los 50 años.
¿Pero es la sexualidad un tema que solo abarca ese lapso de tiempo de vida? Por supuesto que no, la sexualidad se encuentra desde el momento mismo de nacer llegando incluso hasta el momento final de nuestras vidas.


Pero antes de entrar de lleno al tema, hablemos un poco de términos generales sobre sexualidad:
Aunque la sexualidad hace su aparición desde las etapas tempranas de la vida, tiene su inicio como tal desde la adolescencia. En nuestro país (dependiendo del área geográfica) los adolescentes varones inician su vida sexual activa en un promedio de 15 a 17 años de edad, a diferencia de las mujeres quienes inician su vida sexual en un promedio de 17 a 19 años de edad, sin embargo, este rango de edad tiende ir a la baja, por lo que pronto se verá disminuido. Lo peligroso del inicio de la vida sexual activa en etapas precoces de vida, es la falta de información que existe sobre la sexualidad misma, sobre las enfermedades de transmisión sexual y por supuesto de los métodos de planificación familiar existentes, lo que desencadena en embarazos no deseados, infecciones a veces mortales, problemas psicológicos y disfunciones.

El hablar de sexualidad siempre ha sido un tabú, un tema muy difícil de abordar. La presencia de internet ha venido a solventar el vacío informativo que existía previo a su aparición, sin embargo no toda esta información es adecuada, prueba de ello es el incremento que existe en embarazos durante la adolescencia y la incidencia de enfermedades de transmisión sexual.

Los métodos de planificación familiar, pueden ser un paliativo para la prevención de embarazos no deseados, pero de ninguna forma cumple al 100% en la protección a enfermedades de transmisión sexual. Es muy triste conocer casos de adolescentes infectados con enfermedades graves como el VIH-SIDA o por un simple virus del papiloma humano que puede terminar en un cáncer de cuello de matriz (cáncer cervicouterino).
Al salir de la adolescencia, el ser humano se vuelve muy activo sexualmente hasta casi los 40 o 50 años de vida. Esto va a depender las complicaciones de enfermedades crónico-degenerativas entre otras. Posterior a esta etapa, empiezan a hacer su aparición trastornos que se pueden considerar como procesos de disfunción sexual. Claro que en cualquier momento se pueden presentar alteraciones que condicionen una falla sexual.
Los trastornos más comunes de disfunción sexual son:
  • Disfunción eréctil masculina: Incapacidad persistente o recurrente para obtener o mantener una erección hasta el final de la actividad sexual.
  • Anorgasmia femenina: La ausencia de orgasmos es el dato cardinal del síndrome de anorgasmia femenina. Sin embargo, a diferencia de otros síndromes de disfunción sexual, las circunstancias en las que el orgasmo se ausenta tiene mucha mayor importancia para la comprensión clínica del síndrome que, muy probablemente, solamente tenga como factor común la ausencia o dificultad en el orgasmo. En efecto, las determinantes de este problema suelen ser muy diferentes para la mujer que no ha tenido nunca un orgasmo (anorgasmia primaria global) cuando se compara con la mujer que únicamente se queja de no tener orgasmos durante el coito pero que puede tener orgasmos con la autoestimulación (masturbación) y con la estimulación manual de su compañero (anorgasmia secundaria selectiva).
  • Eyaculación precoz: Situación en la que la eyaculación sobreviene habitualmente antes de la introducción del pene en el introito vaginal, o inmediatamente después. También se define como las eyaculaciones que se producen en los 30 ó 60 segundos a la introducción, y el que supere estos límites estaría en la normalidad. El DSM IV formula el criterio clínico siguiente: Eyaculación precoz es "la eyaculación persistente y recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima o antes, durante o inmediatamente después de la penetración y antes que la persona lo desee".
  • Vaginismo: El vaginismo es un síndrome que se caracteriza por la contractura involuntaria, de manera recurrente o persistente, de los músculos perineales del tercio externo de la vagina en el momento que se intenta la penetración, el introito vaginal se cierra literalmente de golpe, hasta el punto en que es imposible el acto sexual, la contractura puede ser desde ligera (produciendo rigidez y malestar) hasta intensa (impidiendo la penetración).
  • Dispareunia: La dispareunia se caracteriza por la presencia de dolor durante el coito. Es importante señalar que no existen condiciones en las que el dolor pueda considerarse normal. En la cultura mexicana es frecuente que se trasmita el concepto de que las primeras relaciones sexuales siempre son dolorosas dándole connotación de normalidad a la presencia de una disfunción sexual, sin embargo, esto no es del todo real. La dispareunia se puede presentar al inicio del coito, durante o después de este.
Los problemas anteriormente descritos pueden estar presentes en cualquier persona, sin que esta sepa que cursa con una disfunción sexual, pues desafortunadamente existe un tabú para hablar libremente de sexo y sexualidad, ocultándose en muchas ocasiones los problemas que se presentan, guardando un silencio que hace infeliz al paciente que sufre alguna de estas alteraciones.
En una ocasión llegó un paciente a mi consultorio de aproximadamente 36 años de edad, quejándose de disfunción eréctil. Al hacer el interrogatorio, me refería que trabajaba todo el día en la calle y que su esposa se hacía cargo de las labores del hogar y de la crianza de los hijos. Después de su extenuante jornada laboral llegaba a su casa a recibir acusaciones de lo mal que se portaron sus hijos, de los problemas que existían en la economía familiar, lo que invariablemente acababa en una álgida discusión. Por la noche, el paciente no podía mantener la erección y en muchas ocasiones no la lograba. Sin embargo, había tenido relaciones sexuales extramaritales y no había presentado ningún problema. Luego entonces, ¿qué es lo que sucedía? La relación sexual en una pareja no es un acto meramente físico. La relación sexual inicia desde el momento mismo de despertar, con una palabra cariñosa, una sonrisa coqueta y una mirada prometedora, que culmina al final del día en un coito satisfactorio para la pareja. Pero si llegas cansado, a escuchar problemas, a discutir con el(a) cónyuge, ¿tendrás animo de sostener una relación sexual con quién hasta hace escasos minutos discutías?
Otro caso que atendí, involucra a una señora de cincuenta y tantos años, ya casi llegando a los sesenta, que se quejaba de que su marido no quería tomar algún medicamento para corregir la disfunción que tenía. Y es que no existía ninguna contraindicación para que el paciente tomara el medicamento, sin embargo el esposo consideraba esto como ir en contra la naturaleza. En este caso se pueden analizar muchas aristas: la existencia de deseo sexual en los adultos mayores como algo normal, el miedo que existe de platicar un problema con la pareja, o peor aún, de acudir con el médico, la desinformación, el tabú, etc.
En resumen, la sexualidad es un proceso que tenemos desde el momento mismo de nacer hasta nuestra muerte y que va a estar desarrollado de acuerdo a lo que nosotros queramos. Siempre será importante acudir al médico para exponer dudas, consultar problemas y en pareja encontrar la mejor solución.
Termino haciendo la recomendación de no automedicarse, pues la mayoría de los medicamentos que se utilizan para las disfunciones sexuales tienen contraindicaciones que pueden poner en peligro la vida del paciente.
Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Cancún, Q. Roo, México. Junio 2010.