viernes, 1 de septiembre de 2017

PARASITOSIS INTESTINAL

Es una práctica adecuada desparasitarse cada 6 meses tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo,  me sorprende cuando en el desarrollo de mi labor médica interrogo a pacientes y me responden que llevan años sin desparasitarse.

Los parásitos son una clase de biota que causan grandes problemas de salud a los seres humanos. Se adquieren, la mayoría de las veces, a través de la ingesta de alimentos contaminados, por condiciones de insalubridad en el entorno o bien por contagio directo. Y las acciones negativas o malas costumbres que nos hacen susceptibles a ellos son: no lavarse las manos adecuadamente; comer alimentos preparados en la calle o elaborados en condiciones inadecuadas de higiene; ingerir comidas crudas, descompuestas o servidos por personas enfermas; exponerse a la inadecuada disposición de excretas por defecar al aire libre o no contar con drenaje sanitario;  convivir con animales sin tener las condiciones pertinentes (zoonosis); consumir agua no potable ya sea de ríos, lagos, pozos, cenotes, aguadas, depósitos naturales, de lluvia o cualquier otra fuente que no haya sido tratada para desinfectar.

Entre los parásitos más comunes tenemos a las lombrices, las cuales se subdividen en Nemátodos (por su forma redonda) o Céstodos (por su forma aplanada).

Entre los Nemátodos se encuentran  los Enterebios Vernicularis u Oxiuros (como se les conoce de forma común) y la Ascaris Lumbricoides.

En el grupo de los Céstodos podemos encontrar a las Tenias como la Saginata (la cual puede medir varios metros de largo) y a la Solium mejor conocida como Solitaria. También existe un pequeño cestodo muy común en los niños que recibe el nombre de Hymenolepis Nana.

Existen otro tipo de lombrices en los animales (larvas de nemátodos) como el Ancylostoma caninum (en perros) y el Ancylostoma brasiliense (en perros y gatos), los cuales son expulsados en las heces fecales de estos animales y entran al ser humano a través de la piel causando el síndrome de Larva Migrans Cutánea. Este síndrome tiene la característica de que la lombriz al penetrar la piel empieza a formar surcos por debajo de ella, mismos que se localizan con más frecuencia en los pies y nalgas de los pacientes.

Entre los síntomas que las personas pueden experimentar cuando tienen parasitosis se encuentran:

-Dolor abdominal: Es más común después de comer alimentos irritantes, grasosos, que producen gases o muy condimentados.

-Hiporexia: Es la pérdida de apetito y es más frecuente en niños, siendo éste el principal motivo por el cual los padres llevan a sus hijos a consulta.

-Distensión abdominal: El vientre inflamado es común en la mayoría de las parasitosis, pues los parásitos se encuentran habitualmente en el colon (intestino grueso) causando la inflamación del mismo.

-Diarrea: Los cuadros diarreicos pueden tener diferentes características como evacuaciones líquidas o semilíquidas, abundantes o de escasa cantidad, con mucosidad y/o presencia sangre, fetidez sobre todo las de predominio diurno. De igual manera, la flatulencia (gases) es muy fétida y frecuente en este tipo de problemas.

-Náuseas: Pueden ir acompañadas de vómitos y son más comunes un tiempo después de comer.

-Pérdida de peso: El paciente inicia con pérdida de peso, pero en contraparte el apetito se incrementa o sigue comiendo como siempre.

-Llanto nocturno: Es característico que los niños pequeños que padecen oxiuriásis se despierten llorando a media noche.  Estas lombrices tienen costumbres nocturnas, descendiendo en las noches a las periferias del ano a desovar, causando un prurito (comezón) intenso y ardor rectal que despiertan al paciente. Habitualmente, los padres confunden este síntoma con terrores nocturnos. De igual manera, se puede observar directamente a la lombriz la cual es blanca, de pequeño tamaño y del grosor de un alfiler.

-Síntomas respiratorios. El Síndrome de Loeffler, es  una neumonitis eosinofílica la cual se produce cuando las lombrices pasan de la vía digestiva al sistema respiratorio introduciéndose a los pulmones. Es causada por Ascaris lumbricoides, Stronguloydes Stercoralis, Ancylostoma Duodenale y Necator Americanus. Es común que se confundan los síntomas del Síndrome de Loeffler con Asma o Bronquitis.

-Síndrome asténico: La fatiga o cansancio, el dolor muscular y/o articular, la pereza, son comunes en las parasitosis intestinales y pueden deberse a un sistema inmunológico bajo o a la presencia de anemia.

La amiba es uno de los protozoarios más antiguo. Sin ser un parásito o una bacteria, la amiba causa severos problemas gastrointestinales, por lo que habitualmente se realiza un tratamiento profiláctico para erradicarla de forma semestral, junto con los desparasitantes. El paciente puede permanecer mucho tiempo asintomático o presentar síntomas vagos y muy parecidos a los de las parasitosis. Cuando existe abundancia de este protozoario, se presenta un Síndrome Disentérico Amibiano que se caracteriza por la presencia de evacuaciones semidiarreicas de escasa  cantidad, con presencia de moco y/o sangre, cólico abdominal, pujo para defecar, tenesmo rectal (sensación de no terminar de defecar), fiebre, síndrome asténico y ataque al estado general.

Cuando el Síndrome Disentérico se hace presente, es recomendable acudir a un médico y no automedicarse, pues existen enfermedades diarreicas disentéricas que se pueden confundir con la amibiasis.

Existen muchas fórmulas médicas en el mercado para desparasitarse de lombrices y amibas. Es recomendable que el médico, en base a las características clínicas del paciente, elija la más adecuada para su tratamiento.

Como ya he mencionado previamente, la OMS recomienda realizar la desparasitación cada 6 meses. Es importante que el desparasitarse se haga por las mañanas, pues existen medicamentos como el Albendazol que pueden condicionar la salida de las lombrices por la nariz, lo cual  si ocurre en la noche, suscitará otros problemas.

De igual manera, los pacientes con epilepsia que toman anticonvulsivantes, deben tener especial cuidado al desparasitarse de forma automedicada.

Los desparasitantes no se deben dar a mujeres embarazadas, pues se ha demostrado que tienen efectos teratogénicos en los bebés en formación. Así también, a los menores de 1 año no se les debe desparasitar de forma profiláctica. Es recomendable que esta práctica se realice a partir de los 2 años de edad.

El lavado de manos, es una de las medidas más eficaces para la prevención de las parasitosis.

La OMS recomienda la siguiente técnica para el correcto lavado de manos:

-Mójese las manos con agua.

-Deposite en la palma de la mano una cantidad de jabón suficiente para cubrir la superficie de las manos.

-Frótese las palmas de las manos entre sí.

-Frótese la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda, entrelazando los dedos y viceversa.

-Frótese las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.

-Frótese el dorso de los dedos de una mano con la palma de la mano opuesta, agarrándose los dedos.

-Frótese con un movimiento de rotación el pulgar izquierdo, atrapándolo con la palma de la mano derecha y viceversa.

-Frótese la punta de los dedos de la mano derecha contra la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación y viceversa.

-Enjuáguese las manos con agua.

-Séquese las manos con una toalla de un solo uso.

-Utilice la toalla para cerrar el grifo o llave.

En resumen, la Parasitosis Intestinal es una condición que todos podemos padecer en algún momento no importando la condición económica, de vivienda o de salud. De ahí la importancia de incrementar nuestras medidas de higiene y desparasitarnos cada 6 meses, pero recuerda hacerlo con un profesional de la salud. La automedicación no es adecuada.

Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina Familiar
Cancún, Quintana Roo, México. Septiembre del 201




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